A las 9:07 horas del 13 de junio de 2015, fecha en la que estaba prevista la elección de alcaldes en toda España, recibí un mensaje de un cualificado representante del partido socialista en Gijón, con la última oferta de pacto que trataban de hacer llegar a Xixón Sí Puede para conseguir su apoyo a la Alcaldía, por ser la fuerza más votada de las tres candidaturas progresistas. Con ella pretendían consensuar políticas de izquierdas, encaminadas a mejorar la calidad de vida de quienes más están sufriendo las consecuencias de la crisis, y al mismo tiempo ofrecían la posibilidad de que el Candidato de XSP presidiese los Plenos y la Junta de Portavoces, lo que les convertía en el presidente del parlamento local; cediendo igualmente la presidencia de algunas comisiones de Pleno. En la práctica era tanto como proponer una alianza de gobernabilidad, al estilo de la que está funcionando en Oviedo.
Pero la propuesta quedó en mi móvil, los teléfonos ya habían dejado de funcionar, y fui incapaz de transmitirla a la persona adecuada. Reuniones mal enfocadas y rencores del pasado habían hecho fracasar un pacto de izquierdas, que sí había fructificado en numerosas ciudades españolas, y ahora sabemos que con buenos resultados. Gijón se convirtió en la excepción de la regla general, a pesar de que muchos lo intentamos hasta el final. Días antes había recibido un correo de Juan Carlos Monedero, en el que afirmaba que bajo ningún concepto podía permitirse que gobernase la derecha, si se podía evitar, calificando de “tremendo error” lo que luego se consumó. Muchos gijoneses sentimos por entonces una gran frustración por lo ocurrido, aunque ahora ya no es el momento de buscar culpables, sino de encontrar soluciones.
Han pasado más de seis meses y ahora muchos ya se han dado cuenta que una mayoría de izquierdas en la oposición poco puede hacer frente al gobierno del partido de Álvarez-Cascos, como no sea impedir la aprobación de los Presupuestos y poco más. Foro gobierna en Gijón y su capacidad para tomar decisiones y ejecutarlas no es directamente proporcional a su número de concejales, pues son ellos quienes controlan la gobernabilidad en nuestra ciudad. Y estar en la oposición solo sirve para oponerse, obtener titulares de prensa, y nada más.
Pero el tiempo transcurrido y la nueva situación política creada a nivel nacional son suficientes para reflexionar y comenzar a pensar en la presentación de una moción de censura para que Gijón sea gobernada por una mayoría de izquierdas. Si Pedro Sánchez y Pablo Iglesias están empeñados en impedir que en nuestro país siga gobernando el Partido Popular, y dispuestos a intentar superar todos los recelos que les separan para consensuar un proyecto común en aquello que les une, no podemos entender que los dirigentes del PSOE local y de Xixón Sí Puede no sean igualmente capaces de intentar algo parecido. La mayoría de los gijoneses que pensamos en clave de izquierdas lo verían con buenos ojos, y sería muy favorable para nuestra ciudad, en especial con la implantación de políticas de verdadero contenido social. Faltan más de tres años para las próximas elecciones, y es mucho tiempo para posponer decisiones políticas positivas para nuestra ciudad y para los gijoneses en particular. Debemos de estar a la altura de las circunstancias, y ahora es el mejor momento para rectificar errores; no lo dejemos pasar.